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Cómo organizar un desayuno elegante y atractivo para invitados
Desde la pareja tradicional de café y bollería, hasta un rápido coffee break o un bruch para mantenerse en activo durante todo el día, cualquier excusa es perfecta para reunirse en torno a la mesa en un estupendo desayuno. ¿Cómo hacer que este momento tenga un toque especial? El secreto está en la presentación atractiva de un menú original.
Ideas saludables para un desayuno que escapa de lo rutinario
Como con cualquier otra comida, lo primero que hay que tener claro al organizar un desayuno elegante es el contenido del menú. Un desayuno variado y saludable siempre está compuesto de lácteos, frutas, proteínas e hidratos de carbono.
Tienes infinidad de formas en las que presentar estos cuatro elementos principales: leche fresca (con alternativas sin lactosa), huevos (en tortilla, revueltos, pasados por agua) quesos, bollería, tostadas de pan o muesli casero y piezas de fruta de temporada que se pueden presentar también en versión zumo.
Hay quienes no empiezan la mañana sin un buen café. Aprovecha esta oportunidad para ir más allá de la bebida tradicional y atreverte con propuestas más arriesgadas. Dependiendo de la época del año puedes optar por un granizado de café, un smoothie de café o un café turco con cardamomo. Todos ellos parten de la base del clásico espresso, que obtendrás con un aroma y un sabor intensos gracias a las modernas cafeteras WMF.
Lo mismo ocurre con las infusiones. Aunque en este caso simplemente puedes dejar el hervidor en la mesa para que sean los comensales los que elijan qué quieren tomar entre una selección gourmet de los tés y mezclas más sugerentes.
Conquista a tus invitados con una puesta en escena de lujo
Aunque probablemente es la comida más informal de todo el día, no hay nada que te impida darle un toque glam al desayuno. Basta con tener en cuenta algunos detalles en el montaje de la mesa que normalmente pasan inadvertidos en una mañana rutinaria.
La disposición de los utensilios, las bebidas y los ingredientes del menú va a tener un papel protagonista. Tanto si se trata de un desayuno familiar en el que quieres disfrutar de una experiencia distinta, como si buscas algo con un poco más de estilo para sorprender a tus invitados, no te olvides de todos esos detalles que harán que los comensales se sientan cómodos mientras degustan el menú que les has preparado.
Mantequeras, aceiteras, dispensadores de miel, cuchillos para untar… Asegúrate de que tus invitados tienen a mano las herramientas necesarias para disfrutar del desayuno.
Un servicio impecable implica la correcta colocación de cada elemento sobre la mesa. Frente al comensal siempre debe haber un plato llano con un bol para cereales encima. A la derecha de estos y de adentro hacia afuera, el cuchillo y una cuchara sopera; a la izquierda del plato el tenedor y a la izquierda de este, la servilleta bien doblada.
Los utensilios para el pan y la bollería (plato pequeño y cuchillo para untar), se ubican alineados con el tenedor, en su parte superior. Lo mismo sucede con el vaso de agua, que va alineado con la cuchara y, junto a este, un vaso más pequeño para zumo. El resto de bebidas (café o té) se servirán en el set de plato, taza y cucharilla que se coloca bajo el vaso de zumo y alineado con la parte cóncava de la cuchara sopera.
Tendrás mucho más claro este puzle cuando te pongas manos a la obra. Una vez que todo esté dispuesto, descubrirás lo mucho que puede hacer por la imagen de tu desayuno el hecho de que cada cosa ocupe su justo lugar.